Se dice que la perfección no existe, que la belleza es algo subjetivo dependiendo del ojo del que mira.
Hay extremos que no dan lugar a opiniones subjetivas.
Esta historia nos muestra hasta qué punto puede ser fina la línea entre lo excepcional y lo maldito. ¿Y si fueras el ser más hermoso del planeta? ¿Y si a cada paso que dieras la gente se volviera a mirar, dieras lugar a pasiones que no puedes controlar, a celos desmerecidos, a envidias que no buscas?
¿Y si tu cuerpo fuera perfecto?